Este poema que escribí fue publicado en A voz limpia Vol 4
Un día amanecí lienzo en blanco
que pinté con todos los colores que conocía.
Luego salí a explorar en busca de más colores.
Un día amanecí playa de arena suave
donde comencé a dibujar un detallado mandala
que el mar se llevó sin dejarme terminar.
Un día amanecí niño,
sin juicios ni prejuicios, sin ideas aprehendidas,
y pasé todo el día saltando charcos y riendo sin razón.
Un día amanecí y era cielo nublado.
Y al mirarme, imaginaste siluetas y formas en mis luces y sombras,
y confundiste mis lunares con las estrellas.
Un día amanecí y era yo misma.
No tu interpretación de mí, ni las presunciones sobre mí.
Sin mentiras ni verdades, simplemente yo.
Hoy amanecí y no era nada.
Y en esa nada me senté a disfrutar de la posibilidad
de redefinirme nuevamente, cuando amanezca mañana.
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